jueves, 26 de febrero de 2009

Ser o no ser indiferente....


En muchas situaciones, el destino pone a prueba nuestro coraje, ensañándose en colocar frente a nosotras a aquella persona que queremos evitar porque nos recuerda algún sufrimiento pasado.


No es difícil imaginar ese tipo de encuentros cuando se comparte el círculo de amistades. Pero a no desesperar: hay solución, o por lo menos, es la que encontré y comparto con una gran cantidad de mujeres: la indiferencia.


Me da la sensación que la indiferencia es el signo de estos tiempos, un sentimiento que llega a desestabilizar al otro más que el odio o la venganza. Ser indiferente es no reconocer la existencia del otro, desestimarlo, desconsiderarlo, descalificarlo.


El odio en cambio reconoce a la otra persona, por lo menos como merecedora de un quantum de energía negativa, como recipiente o continente a ser odiado.


Considero que es acertado ser indiferente cuando no deseas generar revuelo, ni palabras cruzadas con “ese ex”. Es una actitud madura, que puede salvarnos de muchas situaciones desagradables. Y evitamos que personas ajenas se sientan incómodas ante la presencia conjunta (es decir, compartiendo un mismo espacio físico)de quienes en algún momento fueron pareja.


A veces, funciona. Otras no.


Pero, ¿quién dijo que no dice nada quién guarda silencio...? Sucede, a veces, que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

domingo, 22 de febrero de 2009

¿Por qué las mujeres somos "masoquistas"?


Es inevitable que las mujeres suframos por los hombres... Pero… ¿Por qué tenemos que estar con alguien que no nos aprecia ni nos valora? ¿Por qué no podemos resistirnos a los "hombres malos"?
Aceptémoslo: cuando conoces a un hombre crees que es lo que necesitabas, lo que tanto estabas esperando, te enamoras y no dejas de pensar en lo lindo, bueno, simpático, divertido y amoroso que es. Estás siempre pendiente de que te llame o te escriba. Te conectas para ver si está, y si está, esperas, obviamente, a que él te hable, porque él es hombre y tiene que mostrar interés, y si no, como las mujeres somos tan impacientes le hablamos, y a cada cosa que te dice tú piensas: ¡hay es un divino!
Cada vez que se encuentran, sacas del armario el mejor vestido con escote que te hace ver súper sexy y que te queda genial. Siempre que se ven la pasan bien y si se da, terminan la noche juntos. Y tú quedas perdidamente enamorada y piensas en la suerte que tuviste en conocerlo.
Prometió que te llamaba al día siguiente, pero nunca apareció ese llamado en tu celular. Y esperas. Cada vez que suena tu celular vas expectante de ver su nombre ahí. Pero descubres que es una amiga y miras con cara de desilusión. Piensas que seguro ahora te va a llamar. Pasan los días pero tú nunca pierdes la esperanza de que él llame.
Entonces como no te resistes, lo llamás…y no te contesta, porque seguro que no tenía el celular con él. Le mandás un mensaje…y te quedás esperando a que él conteste pero no tienes noticias de él, y piensas: “seguro que no tiene crédito y por eso no me contesta”. Y pasan 1, 2, 3 días y tú empiezas a sentirte como la mujer más tonta del universo. Empiezas a odiarlo. Le cuentas a todas tus amigas lo que te hizo, de cómo lo odias, que si te llega a llamar no le piensas atender, cualquiera sea la excusa, y que no lo vas a perdonar porque se comportó muy mal contigo.
Y de repente,aparece ese número que estuviste esperando toda la semana: es él. Y lo atiendes para ver qué te dice, y te explica que no te pudo llamar porque resulta que se había ido a pasar unos días fuera de la cuidad y se olvidó el celular, y como no tenía tu número no pudo llamarte. Pero tú sabes que él nunca se olvida su celular,que lo lleva consigo siempre. Quizás por ingeniudad o para evitar discusiones, le crees... Pero la verdadera razón, es que eres masoquista. Vuelves a salir con él y vuelve a pasar lo mismo. Todo se repite: te promete que te va a llamar al día siguiente, tú como una ingenua te quedas mirando el celular creyendo que (esta vez) sí lo va a hacer......Pero, no llama, y cuando lo hace alguna excusa tiene, porque él sabe que tú siempre le perdonas.
Siempre tienes esa ilusión de que en algún momento va a cambiar. Y cuando le hablas de formalizar él te responde: “me parece que nos tenemos que conocer bien antes de saltar al siguiente paso”. Y tú te quedas pensando “pero si ya nos conocemos lo suficiente”.Te quedas con la esperanza de que un día aparezca y te diga de formalizar la relación. Pero pasa el tiempo y eso no sucede. Él nunca cambia. Es siempre lo mismo. Un círculo donde sólo tú estás pendiente de él o llorando por él.
Y esa es una de las tantas situaciones que nosotras, las mujeres, pasamos y por eso hay que denominarnos “masoquistas”, porque aunque ellos no nos valoren y no se den cuenta de lo que tienen al lado, nosotras seguimos con ellos, porque somos ilusas y creemos que van a cambiar, porque nos encantan los hombres malos.

Querida amiga, el verdadero cambio está en tus manos. ¡Valorate y hazte valorar!

miércoles, 18 de febrero de 2009

La regla de oro...


Existe lo que considero una máxima que las mujeres no debemos pasar por alto ( ni aún en los momentos más críticos). Se trata de tener siempre "esperanza" y al mismo tiempo "no olvidar" a quién nos lastimó.

Esta es la regla de oro:



" AMORES QUE VIVÍ


CON EL TIEMPO FUERON BARRO


HOMBRES TUVE Y TENDRÉ


QUE ME ROBEN EL SOL


PERO YO NO RENUNCIO A QUERER


NI PERDONO A QUIEN ME HIRIÓ"

Cuando tu ex aparece de nuevo...........


En esta típica situación pueden pasar dos cosas: que no te importe o que te mueva el piso...

¿Por qué será que regresan?


Pero siempre el ex o los exs aparecen de pronto como si nada hubiera pasado con la típica frase “solo quería saber como estás”. Da la casualidad que por lo general ya saben algo sobre ti: o que estás planeando casarte o bien, que estás en proceso de separación.

Creo que es más habitual que aparezcan en el segundo caso, cuando estás en plena crisis o tratando de asimilar una reciente ruptura, y creen que necesitás consuelo, un hombro en el que llorar………Consideran que él/ellos son la única persona que te ayudará a salir de esa situación amarga, que te harán olvidar todas tus penas……..

¿Por qué los hombres pueden ser tan insistentes y andan rondando cada tanto a las chicas que los dejaron, o las que ellos mismos engañaron y cambiaron por otra?
En primer lugar, porque tal vez sean parientes cercanos del perro, y les guste estar marcando terreno alrededor de todas las novias que tuvieron.
Otra razón podría ser que algunos chicos sufren de reminiscencias, puramente ideales para peor, en la que la imagen de la ex se les presenta en la memoria pero no de manera real, si no como una versión pasteurizada, revisionista, sin conflictos.
También es bueno señalar que los hombres sufren de una compulsión inevitable a la repetición.

Y cuando aparecen los fantasmas del pasado, pueden pasar dos cosas en ti: que no te importe o que te muevan el piso. En el primero de los casos todo es bien fácil porque lo mandas a donde tú quieras (elige un lugar lejano)y asunto arreglado. Si no te resulta fácil, te doy unos consejos para mantener alejado a tu ex:



  1. Mantener una posición firme y segura con respecto a la decisión de no dar una oportunidad a una relación que ya terminó, o bien de ratificarla tanta veces como sea necesario.

  2. Si la ex pareja no entiende dicha determinación y sigue insistiendo hay que evaluar el grado de peligrosidad que representa en la vida.

  3. Se pueden tomar algunas medidas básicas para evitar el acoso: cambiar de número telefónico, cambiar de correo electrónico, poner en sobreaviso a los amigos que se tengan en común para que sepan que ya no mantienen una relación y que deben ser cautos en lo que cuentan.

  4. Cambiar la rutina para que la ex pareja no esté pendiente de las actividades diarias y no pueda provocar encuentros que no son fortuitos como esperar a la salida del gimnasio, de alguna clase o de algún otro lugar en particular.

  5. Negarse a encontrarse para hablar. Si todo ha sido dicho y está claro no hay por qué provocar encuentros con alguien que ya no forma parte de nuestro presente.

Pero, puede suceder que te muevan el piso. Aquí la historia es otra y lo que importa es que:


  • Pon en orden tus ideas. Trata de reconocer si en realidad es un sentimiento real o solo es un recuerdo de algo bonito que tuviste en tu vida, pero recuerda porque terminaste con esa persona, con el tiempo lo malo se olvida y lo bueno se acentúa así que mejor recordar cuales fueron los motivos del rompimiento y no dejarte llevar.

  • Recuerda que las segundas partes nunca fueron mejores así que ni para que perder el tiempo.

Como verán, no soy partidaria de los reencuentros con los ex o los fantasmas del pasado. Si por alguna circunstancia de la vida, nos encontramos solas, hay que aprovechar esa oportunidad. Creo que es mejor darnos un tiempo para sanar internamente, sin intromisiones de personas que son parte de nuestro pasado.

Querida amiga, piensa bien las cosas y decide.¡ Tú eliges!

sábado, 14 de febrero de 2009

¿Soltera en San Valentín? Esto es para ti..


En generaciones pasadas, una mujer sola era vista con pena;
como si algo le faltara para ser una persona "completa".
Cambios económicos, sociales y culturales,
globalización y comunicación masiva,
oportunidades de estudios y de trabajos,
divorcios y separaciones matrimoniales
son algunos factores que han provocado
una transformación de nuestra percepción interna.
La mujer de hoy ha evolucionado
como ente interdependiente, funcional y capacitada.
Puede asumir, con valentía, las riendas de su propia vida y las de su familia
en cualquier etapa que se encuentre, en cualquier situación,
sola o en una relación de pareja.
Atrás quedó la conciencia de víctima tolerando faltas de respeto
y la personalidad de mártir sacrificada soportando injusticias,
por no quedarse sola.
Atrás quedó el rol de mujer maravilla, de super buena y complaciente,
por temor a ser reemplazada.
Hoy la apreciación es otra:
estar sola es mejor opción
que estar mal acompañada en relaciones de co-dependencia.
El tener un compañero, para sentirse realizada como mujer,
no significa encadenar el alma y
comprometer la salud emocional, mental, física y hasta espiritual
El tener o no tener una relación de pareja
no es el factor fundamental
para la valorización que nos damos nosotras mismas.
Después que la mujer reconoce sus propios méritos y poder interior,
asume total responsabilidad de su ser y vive íntegramente con sus valores,
todo cambia para ella.
Sus relaciones no están fundamentadas
en necesidad de seguridad, de control ni en el qué dirán.
Están cimentadas en la libertad de cada cual dar lo mejor de si,
en el respeto incondicional y
en el fiel compromiso de ser felices juntos.
La mujer evolucionada de hoy puede vivir bien estando sola.
Crea energía positiva siendo consciente de sus responsabilidades
y de sus necesidades de auto cuido.
Aprecia su vida; vive con propósito, metas y planes futuros.
Se rodea de familiares y amistades positivas que se dan mutuo apoyo.
Queridas amigas,
si para el día de San Valentín estás sin compañero,
no pierdas la oportunidad de hacer un rito de auto amor.
  • Regálate tus flores predilectas.

  • Escucha la música que más te gusta.

  • Rodéate de recuerdos que sean importantes para ti, como fotos de personas o eventos importantes.

  • Por cada recuerdo bueno, prende una vela, por cada dolor ya superado prende una vela y asimila la lección aprendida. Con la luz de las velas, simbólicamente, honras tu vida y toda tu historia.

  • Si tienes ganas de llorar, llora; si tienes ganas de reír, ríe; canta, baila y deja salir tus emociones.

  • Respira profundamente para que energices tu vida tal cual es, hoy

  • Si deseas una nueva relación, ponla en intención y desapégate de la ansiedad del resultado inmediato.

  • Fluye en el presente con esperanza. Aprovecha la oportunidad que tienes ahora de cultivar el amor propio en tu alma de mujer.

  • Brinda con champaña porque estás llena de amor y alegría para regalar a tus seres queridos, en este momento presente.

  • Dale gracias a Dios por estar viva y por el sagrado regalo de amor que hay en ti.

  • Comienza el mes del amor con una renovación de tu propia valorización.